Las sorpresas de Guachucal - Nariño un Viernes de Agosto.
Definitivamente, hay veces en que es mejor el camino que la meta.
Ayer en la mañana había despertado con la sorpresa de encontrarme a Ipiales completamente despejado y soleado.
Por estas tierras no es muy común que las diosas nos den regalos como este, así que el mejor plan los días así es ir a impresionarse viendo volcanes nevados.
Vista del Volcán Chiles y Cumbal desde el Patinódromo de Ipiales
Además, hace ya varias semanas tengo ganas de conocer Piedrancha, así como la Nariz del Diablo y el Cerro Gualcalá (o Dedo de Dios) en la vía a Tumaco... me emocionó tanto ver el día así de bello que me hizo pensar en la posibilidad de ir hasta allí e incluso hasta la playa.
Es difícil aceptar cosas que no nos gustan de nosotrxs mismes: soy una persona que se desanima con mucha facilidad.
Al hacerse las 12 volviendo a casa y alistándonos (iría con Antonia), me frustré tanto que tuve que parar, recostarme, respirar y pensar-pensar-pensar-pensar hasta que recordé aquellos momentos en los que esas personas persistentes que me han rodeado a lo largo de mi vida, me decían o me insinuaban: "¡LO LOGRAMOS!".
Al hacerse las 12 volviendo a casa y alistándonos (iría con Antonia), me frustré tanto que tuve que parar, recostarme, respirar y pensar-pensar-pensar-pensar hasta que recordé aquellos momentos en los que esas personas persistentes que me han rodeado a lo largo de mi vida, me decían o me insinuaban: "¡LO LOGRAMOS!".
De seguro ninguna persona está destinada a pasar mucho tiempo por nuestras vidas, pero esa sensación que algunxs me dejaron de hacer las cosas así pueda que no se logren o salgan mal, me quedó impresa. Pay.
Superar la frustración es algo de lo que nadie nos enseña más que la misma vida y los golpes que poco a poco nos va regalando para aprender...
En fin, salimos hacia la Nariz del Diablo, y aunque no pudimos ir hasta donde teníamos planeado por lo nublado que estaba hacia allá, pudimos parar en Guachucal a disfrutar de las Quincanas.
Me alegró mucho poder animarme a salir porque de repente me vi riendo estruendosamente en pleno Parque Central mientras los camioneros competían corriendo, algunos transvestidos, yendo en bici, maquillándose, ensuciándose con harina mojada y corriendo cuesta abajo montados en una carreta.
No sé si esta entrada pueda ser la Parte II de la exploración a la "circunvalar al Páramo de la Paja Blanca", pero definitivamente tienen que pasar por Guachucal durante las Fiestas Patronales en honor a la Santísima Virgen del Perpetuo Socorro.
Es necesario aprender a no desanimarse tan fácilmente.
Y lanzarse de cabeza ante las posibilidades.
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